Por momentos, cosa mía nomás, siento que ellos saben que el único cine que conozco es el comercial y las salas del Movicenter, vengo de una cultura de ruido a pop y pantallas de celulares.

Me comporto como mis colegas, que me sirven de bisagras entre mundos, hacen de dios Jano o Caronte – me encanta la gente así, que te permite vivir muchas realidades – y obviamente no usan redes y saben quien es Cronenberg y todos los actores.

Que decir de la película, es extraña, es un mundo del futuro pero con estética del pasado, la gente es toda linda y hay un personaje que a mi se me parece como el jorobado de Notre Dame, la tecnología muta y se asemeja a una especie de cosa orgánica, el cuerpo , en especial su interior pasa a ser como el gran tema, tanto ético como de placer.

Están todos locos, hay una oficina pública con sus funcionarios que cumplen con el estereotipo que tenemos en toda la zona latina del mundo (acá, Italia, Francia, Grecia, etc)

El final es extraño pero salís pensando en sí estuvo bien o mal darte o no la cuarta dosis y en el plástico

¿Con quien me gustaría verla?: con Gustavo Salle, volveré a cinemateca obvio, me encanta.