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Fede Lagrotta

Historias y reflexiones de Uruguay

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Luis Batlle Berres discursos sobre el Instituto Nacional de Colonización (INC)

Luis Batlle Berres discursos sobre el Instituto Nacional de Colonización (INC)

14 de agosto 1947. (Discurso irradiado en cadena de broadcastings a todo el país al asumir la Presidencia de la República)

La Tierra – Instituto de Colonización – Propiedad – Granjas – Cámaras Frigoríficas – Descentralización Industrial.

Natural es que me refiera a la exigencia y necesidad de la subdivisión de la tierra, para ofrecerle al hombre de campo el precio donde pueda formar su casa y dar libertad a sus ansias de trabajo y facilitar la creación de nuevas riquezas. Ya sabe la ciudadanía que en estos instantes se están dando los últimos toques en el Senado a un proyecto sobre colonización que crea el Instituto Nacional de Colonización. A este problema, prestigiosos y laboriosos legisladores intentan llevar a la realidad, lo que ha sido constante preocupación de su vida, y lo único que me toca a mí es solicitar del Parlamento la pronta discusión y sanción de esta ley, que la campaña espera con justas esperanzas. Ahora quiero decir por mi parte, que entiendo que no se debe ir a la expropiación de las mejores tierras, dejando las malas en poder del propietario privado, para que éste realice grandes esfuerzos en transformar en buenas las que son malas tierras. Juzgo, que quien tiene la mayor obligación de enriquecer las tierras malas es el Estado, de manera que cuando intenta hacer agricultura, no puede moverse preocupado por adquirir exclusivamente las mejores, sino que tiene que armar al futuro agricultor de buenos útiles de trabajo y de los elementos imprescindibles para enriquecer su tierra. Grandes fábricas de fertilizantes, deben formar un capítulo especial de la ley de colonización, ya que colonizar no es solamente subdividir la tierra, sino también enriquecerla. Al amparo de esta ansiada ley, veremos levantarse a lo largo de toda la campaña pequeñas y hermosas granjas, donde el trabajador realce su tarea cantando, satisfecho de la labor diaria. Si nos proyectamos hacia un futuro inmediato y se colabora intensamente para ello podremos ver en el correr de pocos años a nuestro país transformado en una inmensa granja, que ofrezca sus gustosos y variados productos.

(…)

25 de abril de 1948. (Discurso pronunciado en la ciudad de Dolores)

(…)

Instituto de Colonización

Y en las demás actividades políticas del país tengo un rumbo claro. He adoptado posiciones firmes en nombre de mi partido, como gobernante, buscando la colaboración de los demás partidos. He buscado la colaboración de los demás partidos para alcanzar en el Parlamento las mayorías necesarias alrededor de determinadas leyes, también fundamentales para la vida del país. Busqué y reclamé el apoyo de todos los sectores parlamentarios. Con dolor, con mucho dolor, he visto que algunos de los sectores parlamentarios no me acompañan. No hago reproches, pero me defiendo de los reproches injustos que me quieren hacer, porque lo que he pretendido alcanzar es la de obtener la mayoría del Parlamento para la conquista de ciertas leyes fundamentales. ¿Y qué carácter de leyes? La primera, por ejemplo, es la que se refiere al Instituto Colonizador. El Instituto de Colonización va a llegar a ustedes y a todos los departamentos, y fundamentalmente lo van a ver llegar ustedes a este departamento de trabajadores, donde todavía hay latifundios, donde la tierra no se ha roturado, porque los propietarios no necesitan romperlas.

(Aplausos)

Ya lo dije yo en mi rápido y agradable trayecto de las estaciones que me llevaron hasta la ciudad de Mercedes. Tuve el gusto de parar en todas para ponerme en contacto con todos los pueblos de todas las estaciones.

Sólo pasé velozmente por delante de la Estación de Bizcocho. Allí no había nadie que me esperara. ¿Opositores? No. Lo que había eran dos propietarios que rodeaban la estación. No habían rotulado sus tierras, y no había lugar para los campesinos. Lo que habían era, sin duda, atraso; lo que había era la expresión arbitraria de la riqueza, pero eso con el nuevo Instituto que hemos creado, pronto se va a borrar, y yo aspiro, y puede ser que no esté muy lejano el día en que pueda llegar hasta la Estación de Bizcocho para rodearme de los campesinos de los alrededores, propietarios de sus tierras, para aplaudirme o para reclamarme, pero será siempre expresión de trabajo y esperanza de la República.

(…)

30 de mayo de 1949. (Discurso pronunciado en El Pintado, departamento de Artigas)

(…)

– Se ha dictado la ley por la cual se crea el Instituto de Colonización. Con esa ley se pretende dividir las grandes extensiones de campo, expropiarlas mediante una retribución razonable – porque no las robamos. Las expropiamos y las pagamos a buen precio. No cometemos ningún atropello. Les preguntamos: «¿cuánto vale? ¿noventa? Bueno: ahí tienen noventa y cinco, pero entréguela que en ella va a trabajar gente pobre» De manera que no cometemos ningún atropello, ni ninguna arbitrariedad. Esta es una ley que ha merecido el reproche de muchos. Su aplicación va a tener algunas dificultades en cuanto a recursos, pero la tenemos que aplicar porque es exigencia del país, aunque haya quienes se enojen

(Aplausos)

– Frente a los que se enojen, está nuestra razón y, sobre todo, más que nuestra razón, tenemos la fuerza, si es necesaria, para que sepan que los que mandamos somos nosotros y no ellos.

(Muy bien! Aplausos)

La ley de desalojos rurales se viene prorrogando desde hace varios años. Año a año se trata de resolver ese problema que ustedes sienten aquí. Esta es una región donde hay mucha gente de pueblo que desea trabajar la tierra y no la tienen, a pesar de las inmensas extensiones que hay sin dedicarlas absolutamente a nada. Esto es verdad no tiene explicación y el Gobierno debe buscar y encontrar solución a esta cuestión. Desde luego, ustedes podrán comprender que no está en mí solamente, porque no tengo autoridad suficiente. Si la tuviera, pueden tener la absoluta seguridad de que ya no habría problema, pues ya habría resuelto esta situación injusta. Hay un mecanismo un poco largo, pero hay que respetarlo, todos debemos sostenerlo y debemos sacrificarnos, si es preciso, por él, que es el que nos asegura la libertad, el respeto de nuestros derechos, nuestra tranquilidad. El hombre puede necesitar tierra para trabajar, pero lo que fundamentalmente necesita, es que lo respeten en sus libertades. El que trabaja pero no tiene libertad, es un esclavo. Nosotros tenemos la obligación de defender al hombre para que no sea un esclavo y para que tenga trabajo.

Por eso para que no sean esclavos, para que sean respetados por la autoridad, por los ricos, ustedes lo que necesitan antes que nada, es total libertad, tranquilidad, y eso es lo que nos da el mecanismo de que yo les hablaba hace unos momentos, mecanismo pesado, pero que nos asegura algo que es vital para todos nosotros: la libertad.

(Aplausos)

– Yo estoy seguro que la ley ha de llegar en auxilio de todos ustedes. Es posible que los que sufren vean que la ley demora. Les sucede algo parecido a lo que le ocurre al que está enfermo, a quien los minutos que tarda en llegar el médico, le parecen horas. Al que sufre la pobreza, le parece que la ley, que no lo ampara enseguida, demora siempre muchísimo tiempo en llegar. Pero ustedes pueden tener la total seguridad de que la ley llegará y auxiliará a todos ustedes. Para que llegue, eso sí, tenemos que unirnos todos, y a eso vengo yo a hablar con ustedes; a decirles que estoy con ustedes y a pedirles que se unan para luchar por el bien de la República. El Gobierno necesita que ustedes lo rodeen y lo ayuden. (…)

7 de diciembre de 1963. (Discurso pronunciado al finalizar el Congreso de Concejales y Ediles de la «15» de toda la República)

(…)

… pero es necesario recordar que no le hemos dado a Colonización los medios financieros porque nunca tuvimos mayoría, nunca tuvimos mayoría. Fue necesario la unión del Partido Blanco y del Partido Colorado para hacer la ley de Colonización, ley perfecta, lo único que necesita esa ley son millones para caminar, nada más.

La gente habla sobre la necesidad del problema de la tierra y hablan sobre necesidad de leyes, la nuestra es perfecta. La misma gente que llegó a Montevideo, el célebre «Che» Guevara y Fidel Castro, cuando leyeron nuestra ley de Colonización y cuando leyeron nuestra ley del Banco Hipotecario las tuvieron en cuenta para llevarla a su país en este período revolucionario. Nosotros la hicimos en la paz pero; desgraciadamente, a Colonización no le pudimos dar los recursos necesarios. Digo esto de que en el único período que tuvimos la mayoría fue en el de 54 – 58 para que los blancos no nos acusen diciéndonos que hicieron, del 45 en adelante. Del 45 en adelante nunca tuvimos la colaboración de ellos. Pero ahora, que ellos son gobierno, tienen nuestra colaboración, esa es la campaña que tenemos que realizar y ese es el verbo que debemos llevar a todo el campesinado. Cuando éramos gobierno, ellos, los blancos, no nos prestaron ayuda para subdividir la tierra; ahora que ellos son gobierno nosotros, los Colorados se la prestamos. No queremos cien millones, reclamamos cuatrocientos millones. Ya ha dicho el Presidente de Colonización que cien millones es una pavada, cien millones es un engaño, cien millones es una mentira, esta reunión de Ediles y Concejales debe proclamar por unanimidad cien millones es una mentira, necesitamos quinientos millones para la campaña y estamos dispuestos a votar los quinientos millones para la campaña….

(Grandes aplausos)

Y al señor Penadés, y a todo el Consejo blanco, desde aquí, en nombre de los Ediles y Concejales les digo: estamos dispuestos a votar una ley de quinientos millones para Colonización sin pensar si ellos son mayoría o no son mayoría. Le entregamos el dinero. Ya vamos a vigilar en la forma que él se da. Ahí tienen el comienzo de la unidad nacional, ahí tienen el comienzo para salvar al país, ahí estamos hablando nosotros y les estamos dando la mano para decirles, Señores si quieren gobernar estamos dispuestos a ayudarlos, en otra forma, en otra medida y en otras reclamaciones: ah! vamos a hablar. Hay que hablar, no nos negamos a hablar si nos hemos obligado a hacer.

El señor Collazo los toros días me dió una larga lista de todas las leyes que hemos votado, de tods las leyes a las que le hemos prestado nuestra colaboración sin reclamar nada, pero a estas otras, cuando nos vienen a reclamar les ponemos precio. Precio de qué. Precio de orientaciones económicas. Precio de orientaciones financieras, precios de honradez, cargos ninguno pero si aquellos a través de las cuales con nuestro voto y con nuestras ideas vamos a salvar al país. No al Gobierno, al país que por el cual nosotros nos interesamos y por el cual estamos luchando…

(Grandes aplausos)

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