Este es un fragmento que invita a la reflexión crítica sobre el principio de la intervención económica del Estado en la sociedad:

“Fragmento de discurso de Luis Batlle Berres hablando sobre el dirigismo en la economía.

29 de mayo de 1949. (Discurso pronunciado en la plaza de la ciudad de Artigas)

(…)

Dirigismo

   Muchas veces he podido leer en los comunicados de la Federación Rural que el Gobierno hace dirigismo, que es uno de los males de nuestra economía y que yo, a través del dirigismo, estoy haciendo daño al país. El gobierno es dirigista en lo que tiene que serlo. Cuando tenemos que defender la economía por medio de medidas, hacemos dirigismo económico, aunque hay quienes puedan ser lesionados, porque sólo nos interesa luchar por el país.

   Pero, cosa curiosa: los comunicados de la Federación Rural son siempre contra el Gobierno que hace dirigismo, pero se ha callado con respecto a un dirigismo principal: el precio de los 240 milésimos en la Tablada y del de 280 milésimos a pagarse después del mes de agosto. El precio de 240 milésimos no es internacional, no es precio que pague Inglaterra. Los 280 milésimos a pagarse después de agosto, se pagarán por un decreto dictado por este Gobierno, y no es precio internacional. Eso es dirigismo económico, es colaboración con los que producen, es, sin duda alguna, expresión clara de dirigismo. Ese dirigismo, a la Federación Rural no le incomoda; sobre él no ha dicho una palabra, pero sobre los otros, siempre necesarios para la vida económica del país, en todas las oportunidades se ha mostrado incomodada. 

   Yo destaco esto para advertir al pueblo sobre la forma en que se le quiere confundir; cómo se callan ciertas medidas y cómo se critican otras que están aconsejadas por el mismo criterio económico. Lo que hay es que unas benefician a la clase que ellos quieren ayudar, y otras benefician a las clases que quieren olvidar. Pero el gobierno no puede beneficiar a unos y olvidar a otros. El gobierno no puede olvidar a nadie, y menos a los que necesitan de él: las clases pobres, que son las que tienen su amparo en las leyes sociales y económicas, que son las que esperan la tutela justa del Estado. El gobierno no las olvida, ni las va a olvidar. 

   Voy a terminar, diciéndoles a ustedes que creo, estoy seguro de que el gobierno está cumpliendo con su obligación. En este terreno creo haber sido bien explícito. No obstante, lo seré frente a la clase productora, porque estoy dispuesto a dar toda clase de explicaciones, todas las que me pidan. No daré un solo paso atrás, pero brindaré todas las explicaciones que se me soliciten, para demostrar la razón que me asiste…

  (¡Muy bien! – Grandes aplausos)
   … Porque estoy convencido de mi verdad y, sobre todo, estoy convencido de que no quiero herir a nadie y sí luchar en favor de todos.

   Reclamo de ustedes la colaboración en esta dura labor que es el gobernar en estos días. Todos los gobiernos tienen graves problemas. El mundo vive terribles problemas, pero el gobierno le es más llevadera su función, cuando se siente respaldado por el pueblo. 

    Reclamo de ustedes ese respaldo para tener vuestra tutela, y sé que conquistaré ese respaldo, esa tutela, siendo leal con ustedes. Eso es lo que me pueden exigir: lealtad y honradez en mis miras, y les aseguro que siempre he sido leal y siempre lo seré.

    Nada más.
    (¡Muy bien! Prolongados aplausos)”

LUIS BATLLE. Pensamiento y Acción. Tomo I. (Selección de Discursos) Editorial Alfa (1965). Páginas 158-159.

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