La hipótesis ¿Para qué sirve? – Filosofía e historia
Una hipótesis es una suposición o premisa. En aquellos puntos o en aquellos momentos en que carecemos de la plena certeza del saber, es necesario establecer puras suposiciones, necesario en el doblesentido de que ellas son objetivamente indispensables y subjetivamente inevitables.

“Una hipótesis es una suposición o premisa. En aquellos puntos o en aquellos momentos en que carecemos de la plena certeza del saber, es necesario establecer puras suposiciones, necesario en el doblesentido de que ellas son objetivamente indispensables y subjetivamente inevitables.
Son subjetivamente inevitables porque al espíritu humano no le es deparado absorber una larga serie de detalles y conservarlos firmemente sin unirlos y ordenarlos con un lazo común. Esta necesidad de alivio que siente la memoria le es brindada en el dominio de lo simultáneo por la clasificación, y en el dominio de la sucesión causal por la hipótesis. Más aun fuera de este caso, la aspiración al conocimiento y a la inteligencia causal de las cosas no puede existir en medida suficiente sin manifestarse, por lo menos a título de tentativa, desde los primeros períodos de una investigación. Casi todo lo que actualmente es teoría asegurada, fue hipótesis en épocas anteriores, como se ha señalado con razón. Mientras que subjetivamente no es posible conservar en calidad de elementos dispersos de representación, y aislar, por decir así, psíquicamente entre ellos todos los innumerables detalles que se emplearán en la construcción final de una teoría de vasto alcance, es objetivamente del todo imposible que los hechos aislados mismos sean investigados
(…) La hipótesis deja de facilitar, y más bien estorba o impide la obtención de una solución definitiva, cuando el espíritu del investigador carece de la medida necesaria de flexibilidad y plasticidad en tal grados, reunidos, escogidos o aun producidos por medio de procedimientos artificiales (experimentos de las ciencias naturales) a menos que una premisa o hipótesis previa y que anticipe el resultado no guíe los pasos del investigador e ilumine su sendero. Aun en los casos en que no se trata de obtener verdades generales, sino de comprobar hechos únicos, se desarrolla exactamente el mismo procedimiento. Para que el juez establezca su sentencia es casi siempre necesario que previamente se establezcan los motivos de sospecha, y que cada uno de estos motivos de sospecha halle su expresión en una suposición o hipótesis (…)
Dado que olvida el carácter provisorio de sus suposiciones, se da prematuramente por satisfecho con ellas confundiendo así el camino entero con la parte quizá muy corta ya recorrida del camino. Pero una hipótesis carece también en sí de valor científico, o al menos del máximo grado de este valor, cuando por su naturaleza no es adecuada para transformarse de verdad provisionalmente supuesta en verdad definitivamente asegurada; en otras palabras, cuando no ofrece ni el menor medio de verificación. Nadie que no sea injusto esperará plena claridad sobre estas y similares cuestiones de método por parte del primer escritor en que encontramos consideraciones sobre el valor de investigaciones hipotéticas (Hipócrates), y que además, hasta donde lo permite asegurar los textos conservados, fue el primero en emplear la palabra “hipótesis” en el sentido práctico”
GOMPERZ, Theodor. Pensadores Griegos. Tomo I. De los comienzos a la Época de las Luces. Libro III. La época de las luces. Capítulo I. Los médicos. PP. 338 – 339. Editorial Herder.
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