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Historias y reflexiones de Uruguay

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Pierre Bourdieu y el mundo de la política

El mundo político se cerró poco a poco sobre si mismo, sobres sus rivalidades internas, sus problemas y sus apuestas.

“El mundo político se cerró poco a poco sobre si mismo, sobres sus rivalidades internas, sus problemas y sus apuestas.

Como los grandes tribunos, los políticos capaces de comprender y expresar las expectativas y reivindicaciones de sus electores son cada vez más raros y distan de situarse en el primer plano en sus formaciones. Los futuros dirigentes se designan en los debates televisivos o los cónclaves de aparato. Los gobernantes están presos de un entorno tranquilizador de jóvenes tecnócratas que a menudo ignoran prácticamente todo lo referente a la vida cotidiana de sus conciudadanos, y a quienes nadie recuerda esa ignorancia. Los periodistas, sometidos a las coacciones que hacen recaer sobre ellos las presiones o las censuras de los poderes internos y externos, y sobre todo la competencia – por lo tanto la urgencia, que jamás favoreció la reflexión -, a menudo proponen descripciones y análisis apresurados, y muchas veces imprudentes, de los más candentes problemas; y el efecto que producen, tanto en el universo intelectual como en el político, es en ocasiones mucho más pernicioso, porque están en condiciones de beneficiarse mutuamente y controlar la circulación de los discursos rivales.

 Una política realmente democrática debe darse los medios de escapar a la alternativa de la arrogancia tecnocrática que pretende hacer la felicidad de los hombres pese a ellos, por una parte, y por otra, la dimisión demagógica que acepta, sin una mínima modificación, la sanción de la demanda, ya se manifieste a través de encuestas de mercado, las mediciones de audiencia o las cotas de popularidad. Los progresos de la “tecnología social”, en efecto, son tales que en cierto sentido se conoce demasiado bien la demanda aparente, actual o fácil de actualizar. Pero si la ciencia social puede recordar los límites de una técnica que, como el sondeo, simple medio al servicio de todos los fines posibles, amenaza con convertirse en el instrumento ciego de una forma racionalizada de demagogia, no puede combatir por sí sola la inclinación de los políticos a dar satisfacción a la demanda superficial para asegurarse el éxito, haciendo de la política una forma apenas disfrazada de marketing.

 Para ir más allá de las manifestaciones evidentes, a propósito de las cuales llegan los “técnicos de la opinión que se creen eruditos”, eruditos de la apariencia, hay que remontarse desde luego hasta los verdaderos determinantes, para ello, hay que atravesar la pantalla de las proyecciones a menudo absurdas, y a veces odiosas, detrás de las cuales el malestar o el sufrimiento se enmascaran tanto como se expresan.

 Hacer conscientes ciertos mecanismos que hacen dolorosa e incluso intolerable la vida no significa neutralizarlos; sacar a luz las contradicciones no significa resolverlas. Empero, por escéptico que uno sea respecto de la eficacia social del mensaje, no es posible considerar nulo el efecto que puede ejercer al permitir a quienes sufren descubrir la posibilidad de atribuir ese sufrimiento a causas sociales y sentirse así disculpados; y al hacer conocer con amplitud el origen social, colectivamente ocultado, de la desdicha en todas sus formas, incluidas las más íntimas y secretas.

Si es verdad que la mayoría de los mecanismos económicos y sociales que están en el origen de los sufrimientos más crueles, en especial los que regulan el mercado laboral y el mercado escolar, son difíciles de frenar o modificar, lo cierto es que toda política que no aprovecha plenamente las posibilidades, por reducidas que sean, que se ofrecen a la acción, y que la ciencia puede ayudar a descubrir, puede considerarse culpable de no asistencia.”

En: La miseria del mundo.

#CienciaPolítica #PierreBourdieu #Sociologia

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