¿Cuáles son los factores más problemáticos del mundo de los negocios que Uruguay necesita atender?
El último informe anual del World Economic Forum (“The Global Competitiveness Report”) calcula el indicador de competitividad global y a partir de él, presenta la posición que ocupa cada país en el mundo (…)

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El último informe anual del World Economic Forum (“The Global Competitiveness Report”) calcula el indicador de competitividad global y a partir de él, presenta la posición que ocupa cada país en el mundo según su capacidad de inserción en la economía mundial. Utiliza para eso tres áreas relevantes: los requerimientos básicos, la eficiencia y la innovación en los negocios.
Uruguay se ubica en la posición N° 73 entre 140 países del mundo. El informe señala que los primeros cinco factores más problemáticos para Uruguay, desde la visión de los empresarios, son: las regulaciones laborales, la carga de impuestos, la ineficiencia del Estado, la infraestructura inadecuada (transporte, comunicaciones) y la baja calidad educativa.
El informe nos recuerda viejos desafíos de los uruguayos: un Estado que sea eficiente y una educación de calidad, donde los estudiantes adquieran los conocimientos y competencias básicas para ser parte de la sociedad globalizada. En relación al Estado, la calidad de sus instituciones y su gestión es esencial para todos los ciudadanos, sean consumidores o empresarios, pero tiene especial relevancia en las decisiones de inversión y producción.
¿Cuánto inciden en estas decisiones? Depende de la presencia de diversos factores, como la corrupción, la ineficiencia de los servicios públicos, el exceso de regulaciones o la inestabilidad de las políticas. Uruguay tiene fuertes desafíos pendientes para mejorar la gestión del Estado, como por ejemplo la ANCAP.
Por otra parte, la calidad de la educación es esencial para el desarrollo del país. La economía globalizada requiere que los trabajadores uruguayos puedan desempeñar tareas complejas y adaptarse rápidamente a cambios respondiendo a las necesidades de nuevos contextos. Es imprescindible formar jóvenes que adquieran los conocimientos adecuados y cuenten con las habilidades socio-emocionales tales como incentivar el pensamiento crítico y creativo, desarrollar la curiosidad o trabajar en equipo.
La escuela, sus docentes y las familias son fundamentales para garantizar la calidad educativa y asegurar que nuestros jóvenes sean ciudadanos que contribuyan positivamente a la sociedad. En otras palabras, no se trata de asistir a la escuela, sino aprender en el aula, es decir, es la calidad la que beneficia al crecimiento económico.
Este desafío, reconocido en los países del mundo como una prioridad en la agenda pública, en Uruguay sigue durmiendo en el baúl de los recuerdos.
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